Los mercados energéticos de América Latina y el Caribe enfrentan un desafío crítico: movilizar capital privado para financiar la transición hacia energías limpias. Mientras países como Chile, Barbados, Colombia y Brasil han implementado mecanismos innovadores -como subastas renovables y bonos verdes-, persisten barreras estructurales: inestabilidad jurídica, ausencia de instrumentos de mitigación de riesgos y falta de coordinación regional en estándares. ¿Cómo adapta el sector privado sus estrategias de inversión y operación para equilibrar la rentabilidad con la urgencia de acelerar la transición energética, considerando las condiciones de la región??