América Latina y el Caribe se perfila como una región estratégica para el desarrollo del hidrógeno verde, gracias a su extraordinaria capacidad para generar energía renovable a bajo costo. Países como Chile, Brasil y Colombia están dando los primeros pasos para convertirse en productores competitivos, con proyectos emblemáticos que podrían transformar su matriz energética y crear nuevas oportunidades de exportación. Sin embargo, el camino está lleno de obstáculos que podrían limitar este potencial.
Chile destaca como pionero regional con su proyecto HIF Global en Magallanes, que produce y exporta e-metanol a Eeuropa, aprovechando los fuertes vientos patagónicos. Brasil, por su parte, está explorando el hidrógeno azul en el Complejo de Pecém, combinando sus recursos fósiles con tecnologías de captura de carbono. A pesar de estos avances, la región enfrenta desafíos considerables, América Latina recibe apenas el 2% de las inversiones globales en hidrógeno verde, una cifra alarmantemente baja considerando su potencial. La infraestructura portuaria es otro cuello de botella: un reciente estudio revela que solo tres puertos en toda la región están preparándose para manejar este nuevo combustible.