En América Latina y el Caribe, los hombres representan casi el 74% de la fuerza laboral en el sector energético, mientras que las mujeres ocupan aproximadamente el 26%. En el sector de energías renovables, la participación femenina es del 32%, pero en petróleo y gas se reduce al 22%, a lo anterior se suma que los roles en los que se encuentran laas mujeres son mayoritarios en áreas administrativas y mínima presencia en ingeniería o toma de decisiones, a pesar de que las mujeres constituyen el 60% de los graduados universitarios, solo el 30% elige carreras STEM, lo que limita su acceso a empleos técnicos de alto nivel.
Sin embargo, proyectos con enfoque de género —como programas de capacitación en energía solar en zonas rurales o políticas de contratación inclusiva en Chile y Colombia— demuestran que cerrar estas brechas puede mejorar la eficiencia y sostenibilidad de los sistemas energéticos.