América Latina y el Caribe cuenta con una amplia complementariedad energética: mientras avanza en energías renovables, países como Guyana, Surinam y Argentina emergen como nuevos actores en exploración hidrocarburífera, tanto onshore (Vaca Muerta) como offshore (cuenca Guyana-Suriname). Este auge ocurre en un contexto de consenso global hacia la descarbonización, donde el gas natural se posiciona como combustible de transición estratégico y el petróleo como el actor que garantizó durante las últimas décadas la seguridad energética internacional.
Entendiendo que nuestra a región debe balancear oportunidades económicas con compromisos climáticos, una pregunta clave que surge es cómo articular una estrategia que aproveche estos recursos sin hipotecar el futuro bajo en carbono. El desafío radica en desarrollar estos proyectos con los más altos estándares ambientales maximizando la reducción de emisiones, la sostenibilidad, asegurando la seguridad energética y aprovechando esta ventana de oportunidades.
