La demanda de gas natural se espera que aumente en 20 mbep/d, alcanzando 87 mbep/d en 2045. Sus bajas emisiones de CO2, en comparación con el carbón, hacen del gas la opción preferida en muchos países. Además, el gas natural es fundamental para proporcionar suministro de energía de respaldo debido a la naturaleza intermitente de la generación de electricidad renovable. Se espera que la proporción de gas natural en la mezcla de energía primaria aumente a 24.2% en 2045, superando al carbón en 2030. En 2019, Trinidad y Tobago fue el décimo exportador del mundo de gas licuado con destino a todos los continentes. Su principal mercado fue EUA, España, República Dominicana y China, por su parte el Perú es el segundo exportador de gas natural licuado de la región.
La demanda de petróleo se proyecta que aumente en 15.4 mboe/d, alcanzando 106.1 mboe/d en 2045. Aunque su proporción en la mezcla energética disminuirá, el petróleo seguirá siendo el combustible con la mayor participación. Los flujos comerciales de petróleo son cruciales para equilibrar el mercado y reducir posibles choques de demanda y suministro. En un contexto global de alta inflación y tensiones geopolíticas, las políticas energéticas buscan limitar el calentamiento global y construir un futuro resiliente y sostenible. Los precios de hidrocarburos enfrentan una era de incertidumbre por la transición energética y cambios geopolíticos. ¿Cómo podrán los países productores de la regiónTrinidad y Tobago y Perú maximizar el valor de sus inversiones recientes en gas natural y petróleo, asegurando su utilidad en el futuro mientras avanzan hacia una transición energética sostenible y resiliente?